LA OFICIALIDAD Y LA GENTE DE LA VIDA COTIDIANA

No podemos ser tan ingenuos y esperar que la oficialidad de los distintos países reconozca que el mundo debe cambiar y que la gente de la vida cotidiana está despertando de forma paulatina y se está haciendo ver y escuchar desde la prisión del mercado, de la ambición y el egoísmo

El planeta tierra es nuestro, nosotros lo administramos para bien o para mal, somos los responsables de ella hasta cuando la misma tierra diga basta de tanta basura y nos eche del mundo de una patada en el trasero. Por ahora, se está perfilando la gente valiente manifestándose en distintos medios de comunicación, redes sociales y en la calle demandando un cambio radical en sus vidas y el entorno social y natural que nos contiene.

Los cambios se asocian a la verdad que debe ser descubierta, conocida y reflexionada por todos los que vivimos en la generalidad y el anonimato de individuos que quieren y necesitan reconocer en el otro una evolución social y espiritual que trasciende lo material. Esa verdad refiere a la división histórica en que se ha tenido al ser humano (partidos políticos, religión, materia, dinero, color, etc), lo cual no le he permitido avanzar hacia una vida sin miedos, sin odio y sin ambición material.

También esa verdad refiere a nuestros orígenes como especie humana y las múltiples manipulaciones a las que hemos sido sometidos en el tiempo que no han permitido que el ser humano se sincronice en un todo armónico para desarrollar conocimiento inmaterial, para que puede recuperar sus potencialidades negadas y así poder viajar al espacio infinito.

Esa verdad también debe contener la presencia extraterrestre en el planeta tierra antes y desde los orígenes de la humanidad, lo cual les ha permitido a distintas etnias extraterrestres que viven y visitan nuestro planeta usar y aprovecharse del ser humano de forma física y energética para saciar sus bajos instintos. Todo esto en complicidad con los distintos gobiernos oscuros de la tierra. Estas razas extraterrestres son peligrosas para el ser humano y el deber de todos los habitantes del planeta en sincronización energética debemos rechazarlos y no entrar en contacto con ellos menos darles dadivas o derechos que los vuelvan a poner en el lugar de los dioses de la antigüedad.

La gente de la vida cotidiana, la gente de a pie, que les interesa solamente vivir dignamente para ellas y sus familias, que no pretenden riqueza ni poder porque no está en sus expectativas de vida, declare públicamente estas y otras verdades para ellos mismos sin importarles la oficialidad ya que ellos nunca harán lo correcto para la mayoría de las personas.

Nelson Mancilla Toledo

31 de enero del 2020

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