El espíritu humano
El alma es un corpúsculo de luz que está en el interior del ser humano es parte de Dios creador de todo lo que existe. Los seres espirituales contrarios al orden universal creyéndose dioses encapsularon esta porción del espíritu infinito en un cuerpo material para que estuviera encerrado y no pudiera ser libre en estado natural. En conjunto con este encierro crearon una sombra energética negativa inserta en el mismo cuerpo material para poder controlar y manipular la voluntad humana. Esta energía negativa se expresa como lo negativo que hay en el ser humano (violencia, envidia, decepción, avaricia, ambición entre otras), de esta forma los espíritus negativos extraen energía del ser humano sometiéndolo a distintos tipo de situaciones y hechos, tanto de día como en estado de reposo.
Se conoce como la lucha que hay entre el bien y el mal en nuestro interior, ya que el cuerpo material es un envase que está hecho para recibir distintos tipos de energía (energía del alma, energía material, energía oscura), siendo el cuerpo energía, este posee una personalidad básica dada por los genes que envuelven y contienen al alma, la unión de estas energías (sombra negativa, alma y energía material), conforman a un ser humano. Cuando el cuerpo humano deja de funcionar los acontecimientos y vivencias que tuvo el ser humano en la tierra, viajan junto el alma y la personalidad los cuales son llevados por seres energéticos del mundo de la muerte dirigiéndolos a la trampa energética del mundo de los espíritus o almas en reposo, pero latente en la conservación de la energía, estos seres leen el registro de los acontecimientos adheridos a la personalidad del ser humano con el objetivo de engañar al alma tomando forma inclusive de seres conocidos y familiares para controlar al alma que está en estado alterado.
Una
vez que han dominado al alma proceden a borrar los registros de la personalidad
que el ser humano conservo durante su estadía en la tierra para que el alma se
quede en un estado de sueño y olvido después de la muerte material. Así se
alimentan de la energía del alma por el tiempo que ellos lo quieran poniéndola en
una especia de telaraña para succionar parte de la energía que el alma
desprende por los impulsos a los cuales es sometida (electroshock), ya que el
alma es como una pila o como un pequeño sol pero con energía ilimitada eterna.
La mantienen en este estado por un tiempo hasta que el alma sea reasignada a
otro cuerpo (tierra o en otro lugar), en otro espacio tiempo distinto.
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